Hace dos semanas la biblioteca Zan, la única para mujeres de la capital afgana, se vio forzada a cerrar a causa del acoso de los talibanes. Este centro cultural con nombre en el dialecto persa darí, que significa ‘mujer’, se abrió en agosto de 2022 con el objetivo de promover la cultura y la lectura entres las mujeres y niñas, ya que estas no pueden acceder a escuelas y universidades. Aunque según declaró Laila Basim, economista de 28 años y una de las fundadoras de la biblioteca, también pasó a convertirse en un acto de resistencia civil de las mujeres.
Contaban con más de 400 socias, que podían acceder al préstamo de libros en diversos idiomas, además de a talleres de formación sobre derechos de la mujer, política, religión y otras cuestiones. Su fondo bibliográfico, que Basim calcula en alrededor de 5.000 ejemplares, así como del mobiliario, fueron posible gracias a las donaciones.
Según relata Basim, «en los siete meses que ha durado la biblioteca, los talibanes nos sellaron la puerta dos veces, pero nosotras la abrimos con ayuda de amigos y seguimos trabajando. Sin embargo, los talibanes no se detuvieron ahí. Empezaron a venir todos los días y a preguntarnos qué estaba pasando allí y qué hacían las lectoras en la biblioteca. Un día, cuatro miembros de las fuerzas de seguridad entraron furiosos y empezaron a preguntarme quién nos había dado permiso para abrir el local. Luego nos dijeron que el sitio de una mujer está en su casa y no fuera de ella»
Basim, tras haberse tenido que mudar hasta seis veces en el último año y medio, apunta que «crear una biblioteca no es ni el primero ni el único modo de luchar contra los talibanes y su ideología misógina».
Puede leer más sobre esta historia en elpais.com, o escuchar el audio proporcionado por el podcast de BBC Newshour.